… personas capaces de impulsar y orientar el trabajo de los demás, en pro de la consecución de un objetivo común, potenciando las cualidades individuales en beneficio del colectivo y ofreciendo seguridad a su entorno…
… aquellos compañeros en los que se confía para proporcionar estabilidad y soluciones a vez la que son capaces de ordenar, delegar, acompañar, ayudar o supervisar los trabajos de un equipo son auténticos líderes, sin tener en cuenta el cargo o posición que ocupen dentro de su organización o empresa…
El liderazgo es un eje fundamental para alcanzar las metas y objetivos previstos. Debemos tener muy presente que la capacidad de visión de negocio y de criterio en la toma de decisiones es vital para que alguien consiga liderar hacia la consecución de los objetivos y se haga hacia el bien común…
Entonces, tan importante es para una organización el hecho de tener líderes capaces de movilizar al resto de compañeros, como el hecho de haber construido una visión, una misión, y disponer de unos valores que proporcionen criterios de decisión correctos.
Diferentes estilos de liderazgo :
Directivo: el líder no solicita la opinión de sus subordinados y simplemente da las instrucciones pertinentes para la ejecución de las tareas. Este es un estilo necesario en casos de falta de tiempo o en casos donde los subordinados tienen poca o nula experiencia. En cualquier caso este estilo funcionará en la medida en que los subordinados confíen en las decisiones tomadas por el líder.
Participativo: es aquel en el que los líderes piden a los subordinados su opinión, información y recomendaciones, pero son ellos quienes toman la decisión final sobre lo que se debe hacer. Este estilo es recomendable para líderes que tienen tiempo para realizar tales consultas o que tratan con subordinados experimentados. El deseo de crear un espíritu de equipo alienta los planes, por lo que sus componentes tienen una motivación extraordinaria para ponerlo en marcha.
Delegativo: conlleva ceder a los subordinados la autoridad necesaria para resolver problemas y tomar decisiones sin antes pedir permiso al líder. Los líderes cuyos subordinados son maduros y tienen experiencia, o aquellos otros que desean crear una experiencia de aprendizaje para sus subordinados, no tienen más que delegar su autoridad y dejar bien claro el propósito de la misión. Sin embargo, el líder sigue siendo responsable en último término.
Transformacional: transformar a los subordinados retándolos a elevarse por encima de sus necesidades e intereses inmediatos, hace hincapié en el crecimiento individual -tanto personal como profesional- y en el potenciamiento de la organización. Este estilo permite al líder beneficiarse de las aptitudes y conocimientos de subordinados con experiencia que podrían tener mejores ideas sobre cómo cumplir una misión. También obtiene buenos resultados cuando las organizaciones se enfrentan a una crisis, inestabilidad, mediocridad o desencanto. No es recomendable si los subordinados son inexpertos.
Transaccional: técnicas como la de motivar a los subordinados a trabajar ofreciendo recompensas o amenazando con castigos, asignar las tareas por escrito, delinear todas las condiciones para que una misión se dé por completada y dirigir por excepción, es decir, dando a conocer solamente lo que el subordinado ha hecho incorrectamente.
El éxito de buen líder radica en saber utilizar uno u otro estilo de liderazgo según la situación y la necesidad de cada momento y del equipo de personas del que se disponga.
Saber sacar lo mejor de cada uno a favor del colectivo es la principal labor de un buen líder.